Hasta hace cinco o siete años, operar con Bitcoin en una bolsa se consideraba el equivalente digital de una caja fuerte suiza: sin nombres ni preguntas. Hoy es muy distinto: las plataformas centralizadas(CEX) se parecen más a un banco que a un bazar anárquico. ¿A qué se debe este cambio?
Los procedimientos de verificación de identidad(KYC) y de lucha contra el blanqueo de dinero(AML) se han convertido en un elemento clave del funcionamiento de las bolsas centralizadas.
Estas directrices se han aplicado en las normativas de los países del G20, y las bolsas que no las cumplan corren el riesgo de perder sus licencias. Las orientaciones de organizaciones como el GAFI y la FinCEN son claras: es obligatorio un sistema completo de CSC.
Cada vez son más las bolsas que cooperan con las autoridades fiscales facilitando automáticamente los datos de los usuarios. Muchos inversores lo han comprobado por sí mismos.

Empresas de inteligencia como Chainalysis y Elliptic trabajan con las bolsas para vincular las direcciones de las cadenas a las cuentas de las bolsas. Esto permite asignar direcciones específicas a sus propietarios.
La combinación de los datos KYC con el análisis de blockchain permite a las fuerzas de seguridad rastrear el flujo de fondos hacia y desde una persona. Estas herramientas se utilizan cada vez más en casos de fraude fiscal y blanqueo de capitales.
Frente a la creciente regulación de los intercambios centralizados, cajeros bitcoin (cajeros automáticos de criptomonedas) siguen siendo uno de los últimos canales para comprar y vender criptomonedas con anonimato. Según la normativa de lucha contra el blanqueo de capitales, hasta un determinado límite (en Polonia suele ser de 1.000 euros) las transacciones no requieren verificación de identidad. Por debajo de esta cantidad, las criptomonedas pueden comprarse o venderse depositando o retirando efectivo sin necesidad de facilitar información personal.
Superar un umbral establecido obliga a la verificación con un escáner de DNI o un número de teléfono. Sin embargo, es importante señalar que, aunque cajeros bitcoin ofrecen un nivel de privacidad mucho mayor que los CEX, el anonimato total es ilusorio. Las transacciones siguen registrándose en la blockchain pública y las fuerzas de seguridad, en el caso de grandes operaciones, pueden investigar basándose en el seguimiento u otras pruebas. No obstante, en un mundo en el que las plataformas centralizadas son cada vez más intrusivas, cajeros bitcoin siguen siendo una herramienta importante para quienes valoran la privacidad financiera.
El fin del anonimato tiene implicaciones significativas para cualquiera que opere con criptomonedas en mercados centralizados.
Las bolsas de criptomonedas centralizadas se han convertido en parte integrante del sistema financiero mundial. La introducción de la verificación KYC, los informes fiscales y el análisis avanzado de blockchain han hecho que el anonimato en este entorno sea cosa del pasado. Si uno pretende ocultar beneficios, debe abandonar por completo los CEX, un cajeros bitcoin es una de las últimas formas de mantener parcialmente la privacidad.
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